3.1 Introducción a enlaces químicos
En el presente trabajo se han
desarrollado puntos importantes de la química, en este caso acerca de los
enlaces químicos; primero se debe tomar en cuenta que enlace significa unión,
un enlace químico es la unión de dos o más átomos que se han unido con un solo
fin, alcanzar la estabilidad, del mismo modo,
como la fuerza de unión que existe entre dos átomos, cualquiera que sea
su naturaleza, debido a la transferencia total o parcial de electrones para
adquirir ambos la configuración electrónica estable correspondiente a los gases
inerte; y formar moléculas estables. En este sentido, el trabajo antes
descrito, se ha realizado con el fin de apreciar de una mejor manera el tema en
cuestión y servir de apoyo a trabajos posteriores que tengan relación.
El enlace químico es la
fuerza entre los átomos que los mantiene unidos en las moléculas. Cuando dos o
más átomos se acercan lo suficiente, se puede producir una fuerza de atracción
entre los electrones de los átomos individuales y el núcleo de otro u otros
átomos. Si esta fuerza es lo suficientemente grande para mantener unidos los
átomos, se dice que se ha formado un enlace químico. Todos los enlaces químicos
resultan de la atracción simultánea de uno o más electrones por más de un
núcleo. es
el proceso químico responsable de las
interacciones atractivas entre átomos y moléculas, y que confiere
estabilidad a los compuestos
químicos diatómicos y
poliatómicos. La explicación de tales fuerzas atractivas es un área compleja
que está descrita por las leyes de la química
cuántica.
Sin embargo, en la práctica, los químicos suelen apoyarse en la fisicoquímica o en descripciones
cualitativas que son menos rigurosas, pero más sencillas en su propia
descripción del enlace químico (ver valencia). En general, el
enlace químico fuerte está asociado con la compartición o transferencia de electrones entre los átomos
participantes. Las moléculas, cristales, y gases diatómicos
-o sea la mayor parte del ambiente físico que nos rodea- está unido por enlaces
químicos, que determinan las propiedades físicas y químicas de la materia.
Si los átomos enlazados son elementos metálicos, el enlace se llama metálico. Los electrones son compartidos por los átomos, pero se pueden mover atreves del solido proporcionado conductividad térmica y eléctrica, brillo, maleabilidad y ductilidad.
3.1.1 Concepto de enlace químico
Los enlaces químicos (determinados por la manera en la cual se
comportan los electrones), dentro de la física, son fuerzas que permiten la unión de
los átomos, para constituir moléculas, que poseen mayor estabilidad; dos átomos ligados
a través de alguno de estos enlaces, conforman una molécula. La mayoría de los
átomos logra ser considerado estable, cuando posee ocho electrones en su último
nivel energético (regla del octeto).
En los enlacen químicos tienen gran influencia
el estado de oxidación y la electronegatividad de los elementos que van a
unirse. El estado de oxidación indica la carga eléctrica del ión (átomo
cargado eléctricamente), que puede ser positiva (catión) o negativa (anión);
y expresa el comportamiento de los electrones en las uniones químicas. La
electronegatividad es la fuerza que posee cada átomo, para
atraer los electrones del mismo, y de otros átomos; esto define en gran medida el
tipo de enlace que se formará entre dos átomos determinados.
Existen diferentes tipos de enlaces químicos; entre ellos encontramos a:
los enlaces covalentes y
los enlaces iónicos
(enlaces fuertes), y los puentes
de hidrógeno y las fuerzas
de Van der Waals (enlaces débiles).
En
los enlaces covalentes, que
son fuertes y estables, se comparten uno o más pares de electrones (hallados en
el último orbital del átomo) entre dos o más átomos, de elementos no metales.
Los enlaces iónicos se caracterizan
por la transferencia de electrones entre elementos metales y no metales; el
metal tiende a ceder electrones, mientras que el no metal tiende a ganar
electrones.
Los enlaces mediante puentes de hidrógeno son
débiles, no obstante, cuando se forman muchos de estos enlaces, adquieren una
fuerza mayor, y logran tener una influencia notoria en las sustancias, respecto
de su estructura y propiedades. Los enlaces
por puentes de hidrógeno se forman por la unión entre un átomo electronegativo
y un hidrógeno, unido de manera covalente a otro átomo electronegativo
distinto.
Las fuerzas de Van der Waals son un
tipo de enlace químico débil y breve (pero aditivo), que surge entre átomos (de
moléculas no polares) que se encuentran cerca unos de otros, y son útiles para
el mantenimiento de las estructuras de diversas sustancias valiosas.
3.1.2 Clasificación de los enlaces químicos
Existen tres tipos
principales de enlaces químicos: enlace iónico, enlace covalente y enlace
metálico. Estos enlaces, al condicionar las propiedades de las sustancias que
los presentan, permiten clasificarlas en: iónicas, covalentes y metálicas o
metales.
Enlace Iónico:
Este enlace se produce cuando átomos de elementos metálicos (especialmente los situados más a la izquierda en la tabla periódica -períodos 1, 2 y 3) se encuentran con átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla periódica -especialmente los períodos 16 y 17).
En este caso los átomos del metal ceden electrones a los átomos del no metal, transformándose en iones positivos y negativos, respectivamente. Al formarse iones de carga opuesta éstos se atraen por fuerzas eléctricas intensas, quedando fuertemente unidos y dando lugar a un compuesto iónico. Estas fuerzas eléctricas las llamamos enlaces iónicos.
Ejemplo: La sal común se forma cuando los átomos del gas cloro se ponen en contacto con los átomos del metal sodio.
Enlace Covalente:
Los enlaces covalentes son las fuerzas que mantienen unidos entre sí los átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla periódica -C, O, F, Cl, ...).
Estos átomos tienen muchos electrones en su nivel más externo (electrones de valencia) y tienen tendencia a ganar electrones más que a cederlos, para adquirir la estabilidad de la estructura electrónica de gas noble. Por tanto, los átomos no metálicos no pueden cederse electrones entre sí para formar iones de signo opuesto.
En este caso el enlace se forma al compartir un par de electrones entre los dos átomos, uno procedente de cada átomo. El par de electrones compartido es común a los dos átomos y los mantiene unidos, de manera que ambos adquieren la estructura electrónica de gas noble. Se forman así habitualmente moléculas: pequeños grupos de átomos unidos entre sí por enlaces covalentes.
Ejemplo: El gas cloro está formado por moléculas, Cl2, en las que dos átomos de cloro se hallan unidos por un enlace covalente.
Enlace Metálico:
Para explicar las propiedades características de los metales (su alta conductividad eléctrica y térmica, ductilidad y maleabilidad, ...) se ha elaborado un modelo de enlace metálico conocido como modelo de la nube o del mar de electrones:
Los átomos de los metales tienen pocos electrones en su última capa, por lo general 1, 2 ó 3. Éstos átomos pierden fácilmente esos electrones (electrones de valencia) y se convierten en iones positivos, por ejemplo Na+, Cu2+, Mg2+. Los iones positivos resultantes se ordenan en el espacio formando la red metálica. Los electrones de valencia desprendidos de los átomos forman una nube de electrones que puede desplazarse a través de toda la red. De este modo todo el conjunto de los iones positivos del metal queda unido mediante la nube de electrones con carga negativa que los envuelve.
Enlace Iónico:
Este enlace se produce cuando átomos de elementos metálicos (especialmente los situados más a la izquierda en la tabla periódica -períodos 1, 2 y 3) se encuentran con átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla periódica -especialmente los períodos 16 y 17).
En este caso los átomos del metal ceden electrones a los átomos del no metal, transformándose en iones positivos y negativos, respectivamente. Al formarse iones de carga opuesta éstos se atraen por fuerzas eléctricas intensas, quedando fuertemente unidos y dando lugar a un compuesto iónico. Estas fuerzas eléctricas las llamamos enlaces iónicos.
Ejemplo: La sal común se forma cuando los átomos del gas cloro se ponen en contacto con los átomos del metal sodio.
Enlace Covalente:
Los enlaces covalentes son las fuerzas que mantienen unidos entre sí los átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla periódica -C, O, F, Cl, ...).
Estos átomos tienen muchos electrones en su nivel más externo (electrones de valencia) y tienen tendencia a ganar electrones más que a cederlos, para adquirir la estabilidad de la estructura electrónica de gas noble. Por tanto, los átomos no metálicos no pueden cederse electrones entre sí para formar iones de signo opuesto.
En este caso el enlace se forma al compartir un par de electrones entre los dos átomos, uno procedente de cada átomo. El par de electrones compartido es común a los dos átomos y los mantiene unidos, de manera que ambos adquieren la estructura electrónica de gas noble. Se forman así habitualmente moléculas: pequeños grupos de átomos unidos entre sí por enlaces covalentes.
Ejemplo: El gas cloro está formado por moléculas, Cl2, en las que dos átomos de cloro se hallan unidos por un enlace covalente.
Enlace Metálico:
Para explicar las propiedades características de los metales (su alta conductividad eléctrica y térmica, ductilidad y maleabilidad, ...) se ha elaborado un modelo de enlace metálico conocido como modelo de la nube o del mar de electrones:
Los átomos de los metales tienen pocos electrones en su última capa, por lo general 1, 2 ó 3. Éstos átomos pierden fácilmente esos electrones (electrones de valencia) y se convierten en iones positivos, por ejemplo Na+, Cu2+, Mg2+. Los iones positivos resultantes se ordenan en el espacio formando la red metálica. Los electrones de valencia desprendidos de los átomos forman una nube de electrones que puede desplazarse a través de toda la red. De este modo todo el conjunto de los iones positivos del metal queda unido mediante la nube de electrones con carga negativa que los envuelve.
Fuerzas intermoleculares
Dentro
de una molécula, los átomos están unidos mediante fuerzas intermoleculares (enlaces
iónicos, metálicos o covalentes, principalmente). Estas son las fuerzas que
se deben vencer para que se produzca un cambio químico. Son estas fuerzas,
por tanto, las que determinan
las propiedades químicas de las sustancias.
Sin
embargo existen otras fuerzas
intermoleculares que actúan sobre distintas moléculas o iones y
que hacen que éstos se atraigan o se repelan. Estas fuerzas son las que determinan las propiedades físicas de
las sustancias como, por ejemplo, el estado de agregación, el punto de fusión
y de ebullición, la solubilidad, la tensión superficial, la densidad, etc.
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3.1.3 Aplicaciones y limitaciones de la Regla del Octeto
Esta
regla establece que al formarse un enlace químico los átomos
ganan, pierden o comparten electrones para lograr una estructura
electrónica estable similar a la de un gas noble. En general, podemos aceptar
esta regla para los átomos que están a distancia de cuatro o menos números
atómicos de un gas raro. Muchos otros átomos no siguen la regla del octeto
y contienen seis, diez o hasta catorce electrones. La Regla del octeto,
enunciada en1917por Gilbert Newton Lewis, dice que la tendencia de los
átomos de los elementos del sistema periódico es completar sus últimos niveles
de energía con una cantidad de 8electronesde forma tal que adquiere una
configuración muy estable. Esta configuración es semejante a la de un gas
noble, los elementos ubicados al extremo derecho de la tabla periódica. Los
gases nobles son elementos electro químicamente estables, ya que cumplen con la
estructura de Lewis, son inertes, es decir que es muy difícil que reaccionen
con algún otro elemento. Esta regla es aplicable para la creación de
enlaces entre los átomos, la naturaleza de estos enlaces determinará el
comportamiento y las propiedades de las moléculas. Estas propiedades dependerán
por tanto del tipo de enlace, del número de enlaces por átomo, y de las
fuerzas intermoleculares
La regla
del octeto funciona principalmente para los elementos del segundo periodo de la
tabla periódica. Estos elementos solo tienen subniveles 2s 2p, los cuales
pueden contener un total de ocho electrones. Cuando un átomo de uno de estos
elementos forman un compuesto covalente, pueden obtener la configuración
electrónica de gas noble [Ne] al compartir electrones con otros átomos del
mismo compuesto.
Limitaciones
del las reglas de octeto para las formulas de Lewis.
Las
formulas de Lewis normalmente no se escriben para compuestos que contienen
metales de transición d y f. los metales de transición d y f utilizan en el
enlace orbítales s y p.
1.- La
mayoría de los compuestos covalentes del berilio, Be. Debido a que Be contiene
solo dos electrones en la capa de valencia, habitualmente forma solo dos
enlaces covalentes cuando se enlaza con otros dos átomos. Por lo tanto se usa
cuatro electrones como el número necesario para Be en la etapa 2, en la etapa 5
y 6 se usa solo dos pares de electrones para Be.
2.- La
mayoría de los compuestos covalentes de los elementos del Grupo IIIA,
especialmente boro, B. Estos elementos contienen solo tres electrones en la
capa de valencia, así que a menudo forman tres enlaces covalentes cuando se
enlazan a otros tres átomos. Por lo tanto, se usa seis electrones como el
número necesario para los elementos IIIA contiene solo tres electrones en la
etapa 2; y en las etapas 5 y 6 se usa solo tres pares de electrones para los
elementos IIIA.
3.- Los
compuestos o iones que contienen un número impar de electrones ejemplos son NO,
con 11 electrones en la capa de valencia, y NO2, con 17 electrones en la capa
de valencia.
4.-
Compuestos o iones en los que el elemento central necesita más de ocho
electrones en la capa de valencia para mantener todos los electrones
disponibles, D. cuando uno se encuentra con esto, se añaden las reglas extra a
las etapas 4 y 6.
Etapa 4a:
si C, el numero de electrones compartidos, es menor que el número necesario
para enlazar todos los átomos al átomo central, entonces C se aumenta el número
de electrones necesario.
Etapa 6a:
si C debe aumentarse en la etapa 4a, entonces los octetos de todos los átomos
podrían satisfacerse antes de que todos los electrones D hayan sido añadidos.
Colocar los electrones extra sobre el elemento central..
3.2 Enlace
Covalente
Un enlace covalente entre dos átomos o grupos de átomos se
produce cuando estos, para alcanzar el octeto estable, comparten electrones del último nivel.1 La diferencia de
electronegatividades entre los átomos no es suficiente
De esta forma, los dos átomos comparten uno o
más pares electrónicos en un nuevo tipo de
orbital, denominado orbital molecular. Los enlaces
covalentes se suelen producir entre elementos gaseosos o no metales.
El Enlace Covalente se presenta cuando dos
átomos comparten electrones para estabilizar la unión.
A diferencia de lo que pasa en un enlace iónico, en donde se produce
la transferencia de electrones de un átomo a otro; en el enlace covalente, los
electrones de enlace son compartidos por ambos átomos. En el enlace covalente,
los dos átomos no metálicos comparten uno o más electrones, es decir se unen a
través de sus electrones en el último orbital, el cual depende del número
atómico en cuestión. Entre
los dos átomos pueden compartirse uno, dos o tres pares de electrones, lo cual
dará lugar a la formación de un enlace simple, doble o triple respectivamente.
En la representación
de Lewis,
estos enlaces pueden representarse por una pequeña línea entre los átomos.
Considérense átomos de hidrógeno, a medida que se
aproximan entre sí, se van haciendo notar las fuerzas que atraen a cada electrónal núcleo del otro
átomo, hasta que dichas fuerzas de atracción se llegan a compensar con la
repulsión que los electrones sienten entre sí. En ese punto, la molécula
presenta la configuración más estable.
Lo que ha sucedido es que los orbitales de ambos electrones
se han traslapado, de modo que ahora es imposible distinguir a qué átomo
pertenece cada uno de los electrones.
Sin embargo, cuando los átomos son distintos,
los electrones compartidos no serán atraídos por igual, de modo que estos
tenderán a aproximarse hacia el átomo más electronegativo, es decir, aquel que
tenga una mayor apetencia de electrones. Este fenómeno se denomina polaridad (los átomos con mayor
electronegatividad obtienen una polaridad más negativa, atrayendo los
electrones compartidos hacia su núcleo), y resulta en un desplazamiento de las
cargas dentro de la molécula.
Se podría decir que al átomo más
electronegativo no le gusta mucho compartir sus electrones con los demás
átomos, y en el caso más extremo, deseará que el electrón le sea cedido sin
condiciones formándose entonces un enlace iónico, de ahí que se diga que los
enlaces covalentes polares tienen, en alguna medida, carácter iónico.
3.2.1 Teorías para explicar el enlace covalente y sus alcances
En la actualidad existen dos teorías para
explicar el enlace covalente: la Teoría del
Enlace de Valencia y la Teoría de Orbitales Moleculares. Es preciso hacer notar
que ninguna de las dos teorías es "mejor" que la otra, y que cada una
de ellas puede ser más adecuada en función del parámetro, del cálculo o de la propiedad
que se esté estudiando. Así, por ejemplo, si se trata de determinar la
geometría molecular o la energía de disociación, propiedades del estado
fundamental de la molécula, es más conveniente emplear la Teoría del Enlace de
Valencia. En cambio, si se trata de explicar las propiedades espectroscópicas,
es preferible emplear la Teoría de Orbitales Moleculares. En realidad ambas
teorías son incluso complementarias, hasta tal punto que no utilizar ambas
supondría limitar las herramientas disponibles para el estudio del enlace.
La teoría del enlace de valencia
La superación del modelo de Bohr y el desarrollo del
modelo atómico de la mecánica cuántica tuvo una clara repercusión en las ideas
sobre el enlace químico en general y sobre el covalente en particular. Uno de
los enfoques mecano cuántico del enlace covalente se conoce como teoría del
enlace de valencia y permite comprender en términos no sólo de energías, sino
también de fuerzas, el fenómeno del enlace entre átomos. La formación del
enlace covalente simple tiene lugar cuando los orbitales correspondientes a dos
electrones desapareados de átomos diferentes se superponen o solapan, dando
lugar a una región común en la cual los dos electrones con espines opuestos,
tal y como exige el principio de exclusión de Pauli, ocupan un mismo orbital.
Ese par compartido constituye el elemento de enlace entre los dos átomos. Así,
por ejemplo, cuando dos átomos de H se aproximan suficientemente, existe una
disposición en la cual sus nubes electrónicas están parcialmente solapadas y
para la que la energía potencial del conjunto es mínima, constituyendo, pues,
una situación de enlace. En términos electrónicos puede afirmarse que el
orbital 1s de cada átomo de hidrógeno, semiocupado por su electrón
correspondiente, es completado por el electrón del otro átomo de hidrógeno. Los
dos electrones con espines opuestos de este par, son atraídos entonces por cada
uno de los núcleos, constituyendo el par de enlace. La existencia de este par
común es lo que determina que los núcleos estén ligados entre sí con las
limitaciones que, en cuanto a proximidad, imponen las fuerzas de repulsión
nuclear. La primitiva idea de comparación de electrones de Lewis sigue, de
algún modo, presente en la teoría del enlace de valencia, aunque se abandona la
regla del octete y se sustituye por la condición de que dos electrones
desapareados puedan ocupar un mismo orbital. El número de enlaces covalentes
posible depende, entonces, del número de electrones desapareados presentes en
el átomo correspondiente o en algún estado excitado previo a la formación de la
molécula.
La Teoría de
Orbitales Moleculares (T.O.M.) es la segunda aproximación al estudio del enlace
covalente, y la más ampliamente empleada para explicar la estructura y la
geometría de muchos sólidos inorgánicos. El punto de partida consiste en asumir
que si los dos núcleos implicados en el enlace se ubican a la distancia de
equilibrio, los electrones se alojarán no en orbitales atómicos de cada
elemento, sino en orbitales moleculares, que son análogos a los atómicos, y que
presentan características similares, como se verá más adelante. Esta analogía
es de tal grado que al igual que ocurría con los átomos polielectrónicos, no es
posible resolver la ecuación de Schrödinger de forma exacta para la molécula, y
de nuevo hay que recurrir a métodos aproximados para conocer la forma de las
funciones de onda que representen los mencionados orbitales moleculares. Uno de
los métodos más empleados es el que hace uso de las Combinaciones Lineales de
Orbitales Atómicos (CLOA). Esta aproximación puede entenderse de forma simple
si se piensa que cuando un electrón esté cerca de uno de los núcleos, es decir,
cuando esté “controlado” por un núcleo, su función de onda será muy similar a
la de un orbital atómico. Los orbitales moleculares de la molécula de H2 se obtienen de forma aproximada
mediante la combinación lineal de los orbitales atómicos 1s de cada átomo de
hidrógeno. Únicamente se pueden escribir dos combinaciones lineales:
Ψ+ = cAφA +cBφB
Ψ- = cAφA – cBφB
Ψ- = cAφA – cBφB
3.2.1.1 Teorías del Enlace de Valencia
La teoría del enlace de valencia intenta
explicar cómo dos átomos se enlazan entre sí, buscando así presentar una
interpretación satisfactoria para los enlaces covalentes.
En esta teoría lo que
está incluido es la combinación de dos orbitales atómicos de dos átomos
distintos.
Siendo
así, se busca estudiar y explicar cómo es que se da un enlace
covalente. Actualmente hay diversos modelos y teorías que explican un enlace
covalente, sin embargo históricamente esta fue la primer teoría en hacer esto.
Es importante
recordar que esta teoría concuerda con los conceptos y teorías anteriores,
aceptados hasta entonces. Una de estas teorías afirmaba que los electrones que
participaban de enlaces están en la capa más externa del átomo. Se trata por
tanto, de los electrones de valencia.
La pregunta ahora es,
¿cómo es que los electrones logran mantener dos átomos unidos?
La respuesta a esa
pregunta vino de la interpretación matemática de los orbitales atómicos, que
indicaban la posibilidad de combinarse formando, al final, otro orbital
distinto de los anteriores y por eso no podría llamarse más orbital atómico.
Así, cuando dos orbitales atómicos se combinan, el resultado final también será
un orbital, sin embargo no será ya un orbital atómico.
La TEV se debe a
Linus Pauling. Más conocida como modelo de las hibridaciones o de las orbitales
hibridas, modelo muy utilizado en química orgánica en donde las discusiones se
dan en términos de los híbridos sp, sp2 o sp3 del carbón en referencia. Linus
Pauling amplía su teoría para aplicarla a los compuestos de coordinación con
iones de transición, es decir con participación de las orbitales d en la
hibridación, además de las s y p. En el caso de los compuestos de coordinación
la hibridación se hace con participación solo de las “orbitales desocupadas” de
menor energía, las LUMO. La TEV explica el magnetismo y la geometría de los
compuestos de coordinación.
Esta teoría fue
inicialmente propuesta por Linus Pauling en 1933 para explicar la dirección de
los enlaces en los compuestos. La teoría está basada en el postulado de que la
fuerza de un enlace depende de la distribución angular de las funciones
orbitales involucradas.
Uno de los hechos que
llevó a postular esta teoría es que el Carbono, en vez de formar tres enlaces a
ángulos rectos y formar otro más débil, forma cuatro enlaces equivalentes y
dirigidos hacia los vértices de un tetraedro regular. De aquí se deriva que los
orbitales 2s y 2p del carbono no son usados directamente en la formación de los
enlaces.
3.2.1.2 Hibridación y Geometría molecular
Se habla de hibridación cuando en un átomo se mezclan varios orbitales
atómicos para formar nuevos orbitales
híbridos. Los orbitales híbridos explican la forma en que se disponen los
electrones en la formación de los enlaces, dentro de la teoría del enlace de valencia, y justifican la geometría las moléculas.
Orbitales
Los electrones de un átomo
presentan la tendencia a ubicarse en orbitales específicos alrededor del
núcleo, lo cual se enuncia en la ecuación de Schrödinger. Los detalles sobre número y
orientación de electrones en cada orbital dependen de las propiedades
energéticas descritas por los números cuánticos. El primer orbital, el más
cercano al núcleo es el llamado 1s y
solo puede ser ocupado por dos electrones. Con un solo electrón (hidrógeno) y uno con dos electrones (helio) ubican
su(s) electrón(es) en este orbital.
Un átomo con 3 (litio) y
cuatro (berilio) electrones tendrá que ubicar el tercer y cuarto
electrón en el siguiente orbital, llamado 2s, el cual también solo
acepta dos electrones.
La geometría molecular o estructura
molecular se refiere a la
disposición tridimensional de los átomos que constituyen una molécula.
Determina muchas de las propiedades de las moléculas, como son la reactividad, polaridad, fase, color, magnetismo, actividad biológica, etc. Actualmente, el
principal modelo de geometría molecular es la Teoría
de Repulsión de Pares de Electrones de Valencia (TRePEV), empleada internacionalmente
por su gran predictibilidad. Las geometrías moleculares se determinan mejor a temperaturas próximas al cero absoluto porque a temperaturas
más altas las moléculas presentarán un movimiento rotacional considerable. En
el estado sólido la geometría molecular puede ser medida por Difracción
de rayos X.
Las geometrías se pueden calcular por procedimientos mecánico cuánticos ab initio o por métodos semiempíricos de
modelamiento molecular.
La posición de cada átomo se determina por la
naturaleza de los enlaces químicos con los que se
conecta a sus átomos vecinos. La geometría molecular puede describirse por las
posiciones de estos átomos en el espacio, mencionando la longitud
de enlace de dos átomos unidos, ángulo
de enlace de tres átomos
conectados y ángulo de torsión de tres enlaces
consecutivos.
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